El “Babyn Yar - Parque Memorial de la Necrópolis de Dorohozhychi” destaca por su tamaño, variedad y belleza, pero su característica principal es haber albergado varios crímenes sucesivos, entre los que destaca la masacre de septiembre de 1941. El sitio se reinterpreta a la luz de la historia y las concepciones más actuales de los Derechos Humanos y los Derechos de la Naturaleza. Cuerpos y tierras han sido violadas, pisoteadas, ultrajadas, tras sucesivos encubrimientos en los barrancos de la masacre, el desconocimiento, la complicidad y la indiferencia.

La primera y fundamental decisión de diseño es valorar y consolidar los límites del área como escenario del crimen a través de un parque perimetral, la segunda es generar 15 paseos abiertos como Espacio Expositivo ocupando todo el territorio, y la tercera es crear un Solemne Espacio Poético que ofrece sus condolencias a las víctimas.